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sábado, 5 de marzo de 2011

Capítulo 1

Una mini novela sobre un chico que sufre bullyng escrita por mi. La serie, de momento será contada en 5 cortos capítulos, de momento no tengo mas pensado...
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Desperté con mi imagen. Mis rojos rizos se aplastaban contra la almohada mientras observaba aquel tétrico espejo.
No es que sea un cobarde, puedo ser el más valiente, pero este antiguo espejo dorado, oxidado y sucio me daba mala espina.

Me giré cara a la pared de mi habitación y miré mi reloj. Las 2 y media, bastante tarde como para seguir durmiendo. Me levanté de la cama apartando la vista del espejo y me dirigí al cuarto de baño.
Sentir la ducha caliente sobre mis heridas me hacía recordar los abusos que día a día recibía en la escuela.

Me apliqué maquillaje sobre mis heridas... ahora es cuando realmente me sentía bien delante del espejo polvoriento que mi habitación acogía.

Bajé las empinadas escaleras que llevaban hacia el recibidor y me dirigí a la cocina. El olor que desprendía la olla me recordaba al que me alimentaba en mi anterior casa. Mi madrastra preparaba menestra.

-¡Damian! Pon la mesa, Isobel está apunto de llegar.-Isobel era la profesora de apoyo que me daba clases particulares... la verdad es que ella era mi único consuelo desde que recibía abusos en la escuela.
Suena el timbre.-Abre, es ella.-Isobel me esperaba al otro lado, su rubia melena se veía por los cristales que rodeaban la puerta. Aunque el sol no ayudase mucho, su largo pelo de oro reflejaba destellos que hacían que se resaltar sus azules ojos.-¡Hola, Damian! ¿Qué tal todo?
-Ya sabes... podría ir mejor.
-Hablo de tus estudios. Ya veo que no puedes sacarles de tu vida, ¿eh?-Dijo susurrándome al oído. Isobel tenía 17 y no había cumplido la mayoría de edad, mi madrastra pensaba que una chica cercana a mi edad y superdotada como ella, congeniaría mejor y sería buen refuerzo, a demás, a ella le venía bien el sueldo que mi madrastra, Stella, le pagaba.-Buenos días Stella.
-Buenos días. ¿Has comido ya?-Preguntó mi madrastra.-Si,ya comí.
-Mamá, ya no tengo más hambre...-Dije tan sólo por irme antes con Isobel .-¡Pero si no has probado bocado!-Contestó mi madre mosqueada. Me levanté de la mesa y me dirigí a mi habitación con Isobel.

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